9 feb 2012

Un día se murió una persona que yo quería mucho y aprendí que la muerte existe. Y otro día se murió un tío, y se murió antes de que yo le pudiera decir: te quiero mucho, y aprendí que hay que decir, aunque cueste. Y entonces digo: te quiero mucho, te amo, te quiero mucho, te amo...
Aprendí que quiero vivir cada instante: vivir entero cada instante eterno.
Y que cuando las nubes están densas en el cielo lo único que se puede hacer es esperar a que se precipite la lluvia, que regara la tierra y la tierra dará alimento al hombre.