27 feb 2010

el atalier

Hola... Bueno, primero quería agradecer el espacio que me dieron para hacer esta denuncia: muchas gracias. La cosa es así: yo lo conocí a él, como hace ocho años, más o menos, en Teatro por la Identidad. Durante estos diez años me lo crucé varias veces, siempre buena onda, porque la gente que trabajó en Teatro por la Identidad me parece buena onda. Hace poco él estrenó una película. Yo fui de casualidad al estreno, me invitó una amiga. La película era muy, muy linda, así que a la salida lo felicité (el problema es que algunos hombres creen que ese sólo hecho es tirar onda...). Bueno y a los días por facebook me invita a tomar unos mates a su “atelier”... mmm... raro... Pero me dije, “ay que prejuiciosa”, quizás es de buena onda no más. No le contesté, él insistió le dije q hablábamos por mensajito, él insistía, yo lo pateaba amablemente y así pasó un mes. Un día me invita a tomar un vino a la noche, y ahí pensé “uhm, esto viene de cita, ni loca” y le dije: “no mejor a la tarde...” y él respondió “no tengas miedo no es una cita” y yo pensé “que prejuiciosa”, igual lo seguía pateando amablemente... Hasta que llegó el día que no lo pude patear más y fui a la casa. Era un miércoles, no quería ir, me daba fiaca, no me interesaba, pero prefería ir ese día y ya no hablar más. Llego, su “atelier” era un cuartito minúsculo a la vuelta del Teatro San Martín. Era muy chiquito, casi me daba claustrofobia. Me había cocinado unas empanadas, “vegetarianas” me dice, “las preparé especialmente para vos...”. “Ay!, no, pensaba yo”. Me convida cerveza, yo no tomo alcohol. Fumamos un porro. De pronto me empieza a hacer caricias. Yo le digo que tengo novio, que estoy muy bien con mi novio, que lo amo con todo mi corazón y para siempre y me voy corriendo a donde podía en ese “atelier”... Hasta que de pronto lo veo acercarse contra mi boca... ¡guacala! Lo paro con la mano en el pecho y le digo “¡no! No te quiero dar un beso”, a lo que él se ríe y contesta, “bueno no importa relajate” ¿Relajate? ¿Cómo me relajo después de eso?, intento relajarme, él se viene de nuevo contra mí. Lo paro le vuelvo a decir que no le quiero dar un beso, que nunca le voy a dar un beso, porque no me gusta, ni me interesa y que no le voy a dar un beso sólo porque él insiste en que le de un beso... Y él seguía insistiendo... ¡qué masoquista! Y yo lo miraba a los ojos y le decía que nunca le iba a dar un beso... Él me decía que me relaje, que me quede a dormir... ¡¿Qué?!¡¿Quedarme a dormir?! No entendió nada. Agarré mi bolso y me fui. Enojada me fui. Machista hijo de puta. Se cree que porque estreno una película a la que le va bien se va a garchar minitas... pelotudo. Y cuando estaba volviendo a mi casa me manda un mensajito que decía “avisame cuando llegues, espero que la hayas pasado bien, buenas noches”. Cuando llegué a mi casa no sólo no le conteste el mensajito si no que pensé: “hoy me aprendí de dos cosas: una es soy una ingenua y la otra es que ¡nunca más voy a la casa de un chico a la noche que no me quiero cojer!

No hay comentarios.: